domingo, 15 de julio de 2018

Los compositores del Mundial (IV): Un partido de fútbol es una coreografía

"La mayor alegría no es el momento en que una sinfonía está acabada, sino cuando ronco de gritar, con las manos que te arden de tanto aplaudir y con la boca seca tomas un trago de tu segunda cerveza para celebrar, después de haber vibrado con otros 90.000 espectadores, la victoria de tu equipo favorito".

Dmitri Shostakovich  


Pues si, para esta última entrada, el día de la Final del Mundial entre Francia y Croacia, nos vamos a casa del anfitrión del Mundial de Fútbol. Nos vamos a Rusia cuando junto a otros estados, hoy independientes, se llamaba Unión Soviética.  Y nos vamos a la Unión Soviética para hablar de su compositor más famoso, que nos va a deparar alguna sorpresa.

Dmitri Shostakovich (1925)

Dmitri Shostakovich nació en San Petersburgo, Leningrado después de la Revolución Rusa. Fue un niño prodigio y destacó desde muy joven como pianista y compositor, obteniendo un gran éxito con su Primera Sinfonía con tan solo 19 años. En esta época destaca por una música vivaz y vanguardista. Es estalinismo todavía no había comenzado a sumir a la Unión Soviética en el estado de terror que llegaría a partir de los años 30. En 1934 estrena su ópera Lady Macbeth de Mtsensk con un nuevo gran éxito de público. En 1936 tras una representación a la que asistió Stalin se publicó un artículo en el periódico Pravda titulado Caos en lugar de música. En este artículo se critica ferozmente la obra de nuestro compositor y se llegó a decir que la autoría real del artículo fue del mismo Stalin. A partir de este momento Shostakovich cae en desgracia y su ópera desaparece de los escenarios.

A partir de este momento se ve obligado a componer de una forma más conservadora para evitar problemas mayores. Con su Quinta Sinfonia, que Shostakovich definió como la respuesta de un artista soviético unas críticas justas, fue relativamente aceptado por el aparato político de Stalin y pudo proseguir su labor creadora.

Pero, si no es bastante con tener el enemigo en casa, en 1941 Alemania invade la Unión Soviética y se produce el asedio de Leningrado. Inicialmente Shostakovich se negó a ser evacuado y comenzó la composición de su Séptima Sinfonía, dedicada a la ciudad de Leningrado. En el sitio fallecieron según cifras oficiales más de 600.000 de los 3.000.000 de habitantes de la ciudad. Finalmente el compositor fue trasladado a Samara en la zona de seguridad y completó la sinfonía que fue estrenada por Samuil Samosud y la Orquesta del Teatro Bolshoi de Moscú en marzo de 1942. Copias de la partitura en microfilm fueron pasadas, vía Teherán, a los aliados occidentales. De esta forma, la sinfonía se estrenó en Londres con Sir Henry Wood al frente de la Orquesta Filarmónica de Londres y en Nueva York por Arturo Toscanini y la Orquesta de la NBC, como muestra de la resistencia del pueblo soviético ante el terror nazi. Este concierto retransmitido por radio tuvo más de veinte millones de oyentes.

Finalizada la Segunda Guerra Mundial, Shostakovich vuelve a caer en desgracia en la llamada purga de Zhdanov del año 1948 en la que Shostakovich fue acusado de formalismo. Tras el fallecimiento de Stalin en 1953 Shostakovich fue rehabilitado y reconocido como el mayor compositor de la época. Shostakovich parece tener un acercamiento al aparato político de la Unión Soviética, es miembro del partido desde 1960, pero prácticamente por obligación. Sin embargo, en alguna de sus últimas obras como la Sinfonía nº 13 'Babi Yar' rememora la matanza de judíos en este barranco ucraniano cerca de Kiev en la Segunda Guerra Mundial. La sinfonía se convirtió en un alegato contra el antisemitismo, cosa que no gustó nada a los jerarcas del politburó dado que quedó claro que la policía ucraniana tuvo una participación activa ayudando con mucha diligencia a los nazis. Tras dos ejecuciones la sinfonía fue retirada y sólo se volvió a escuchar con un texto censurado hasta el final de la Unión Soviética.

Shostakovich falleció en 1975, dejando una producción de quince sinfonías, dos operas, quince cuartetos de cuerda, tres ballets, seis conciertos, música incidental y para el cine, canciones, y otro número buen número de obras sinfónicas instrumentales y de cámara.

Shostakovich. Vals de la Suite de Jazz nº 2
Orquesta de Filadelfia. Director Mariss Jansons

Bueno, ya hemos conocido al Shostakovich compositor, pero hubo un Shostakovich fan del fútbol como le pasaba a Elgar. Quizá compuso Shostakovich alguna pieza dedicada al fútbol. Pues a las dos cuestiones respondemos con un si y además aún hay más sorpresas con este sorprendente compositor.

Shostakovich quiso ser futbolista, pero su miopía le impidió realizar ese sueño. Sin embargo continuó vinculado al fútbol, como fan, sobre todo del equipo de su ciudad, el Stalinets de Leningrado (Stalinets por el acero de la fábrica metalúrgica en la que se fundó el equipo), hoy uno de los principales clubes de la liga rusa llamado, Zenit de San Petersburgo. Pero además fue árbitro profesional, y no sólo de fútbol.

En 1944 el club ya llamado Zenit de Leningrado ganó su primer título, la Copa de la Unión Soviética. En ese partido estuvo Shostakovich que llegó tarde después de pagar los diez rublos que costó la entrada. Junto a él estaba un ingeniero llamado Kogan que años más tarde recordaría que el y Shostakovich no vieron igual un lance del juego que Shostakovich calificó como falta. Al final, para aclarar la situación Shostakovich comentó a su compañero: "Sepa usted que tengo la licencia de árbitro desde hace nueve años y he estado pitando aquí y allá, bien es cierto que sólo en la liga regional, pero es falta."


Estadio Kretovsky en San Petersburgo, la casa actual del Zenit. Lo que hubiera disfrutado Shostakovich en este Mundial.
Pero Shostakovich conocía las reglas de muchos deportes y era requerido para arbitrar en algunas ocasiones. Su hija Galina recuerda como en un verano en Crimea en la década de los 50 coincidieron con varias personalidades políticas y militares y se organizó un torneo de tenis. Shostakovich fue el árbitro. Entre los jugadores estaba el General Ivan Serov director del temible KGB. Serov tenía tendencia a protestar, pero Shostakovich le bajaba siempre los humos diciendo tranquilamente la frase: "Con el árbitro no se discute". La hija de Shostakovich contó que su padre le confesó que gozaba cada vez que le espetaba la frase al jefe del KGB.

Los tres grandes: Prokofiev, Shostakovich y Khachaturian

Maxim, el hijo de Shostakovich recuerda que su padre era un gran aficionado y además muy meticuloso, pues llevaba sus propias estadísticas. Cuenta Sofia Jentova, autora de una biografía de Shostakovich (citada por Mijaíl Árdov), que un día leyó Shostakovich un artículo escrito por Konstantin Yesenin, del que se decía que había elevado los artículos sobre fútbol a la altura de la poesía. Shostakovich no estuvo de acuerdo con el artículo, le hizo varias observaciones que envió por carta al periodista. La letra de Shostakovich era difícil de leer y la firma no se entendía. Pero había un teléfono, así que Yesenin, algo irritado, llamó y preguntó si en esa casa había un ancianito que se interesaba por el fútbol. Le respondieron que si y llamaron a Shostakovich. La cosa acabó en encendida polémica con el meticuloso ancianito que parecía tener las cosas muy claras. Al final Yesenin le preguntó su nombre y se quedó de piedra al oír Shostakovich.

Shostakovich: Romanza de la banda sonora para El Tábano
Nicola Benedetti, violín y Orquesta Sinfónica de la BBC dirigida por Jiří Bělohlávek

Pero si esto, no fuera bastante ya curioso tenemos que decir que Shostakovich dedicó una de sus composiciones al fútbol. El ballet La edad de oro, estrenado en 1930, explica las peripecias de un equipo de fútbol soviético en una exposición industrial llamada: La edad de oro. Todo en una ciudad occidental no identificada. Los soviéticos son tentados con todo tipo de medios para que se unan al corrupto occidente. Como resisten a todas las tentaciones son encarcelados por los burgueses occidentales, pero al final los obreros de la ciudad atacan la cárcel y liberan a los soviéticos. Todo acaba con la danza de la hermandad. El argumento no puede ser más estúpido y, es justo decir que, Shostakovich, ilusionado al principio con componer una obra sobre un tema deportivo, estuvo a punto de no componerla al leer el libreto y lo maniqueo del tema. Al final se animó y compuso una de sus obras más vanguardistas y radicales. Obra que no triunfó y que cayó en el olvido tras el artículo del Pravda de 1936. De hecho, hasta hace muy poco sólo se conocía la suite que pasamos a escuchar en versión de la Orquesta Sinfónica Nacional de Ucrania dirigida por Theodore Kuchar.



Gracias a los esfuerzos de músicos como Gennady Rozhdestvensky, recientemente fallecido, hemos podido recuperar algunas obras como La nariz, El arroyo claro, El Perno y La edad de Oro. La primera grabación completa del ballet la grabó Rozhdestvensky en 1993 con la Real Orquesta Filarmónica de Estocolmo. Decimos primera grabación porque casi quince años más tarde la volvió a grabar el compositor y director uruguayo José Serebrier. Son sólo dos las grabaciones, pero las dos son magníficas.

Escuchemos el movimiento Fútbol del segundo acto en la versión de Rozhdestvensky. Ni que decir tiene, que el movimiento comienza con el silbato del árbitro.


Y hasta aquí esta serie de compositores del mundial. Con Shostakovich queda pendiente otra historia, pero la dejaremos para una próxima ocasión.

Ahora a prepararse para la final del mundial. Desde luego por Himno ganan los franceses, pero en ilusión, creo que nadie puede con los croatas. La solución esta tarde a partir de las siete, si no hay prórroga.


Bibliografía:

Árdov, Mijail. Shostakovich. Recuerdos de una vida. Siglo XXI, Madrid (2006)

Blaschke, Ronny: Schostakowitsch als Fussball-Fan. Deutschlandfunk Kultur. Berlín (29.06.2018)

Hanning, Ilona: Der Komponist im Stadion.  BR-Klassik (Radio de Baviera). Múnich (05.07.2018)

Meyer, Krzsysztof: Shostakovich. Su vida, su obra, su época. Alianza Editorial. Madrid (1997)